viernes, 1 de junio de 2012

Mi última canción


      

Quise y te entregué mi vida entera            
quise cantarte mi última canción,
quise escribirte mi último poema
quise que fueras tú mi inspiración.

Quise que me abrazaras con ternura
quise que me trataras con amor,
quise ceñirme siempre a tu cintura
quise que alimentaras mi ilusión.

Quise sentir la caricia inesperada
quise sentir tu mano aliviando el dolor,
quise el beso espontáneo a tu llegada
quise ver tu sonrisa ofreciendo una flor.
              
Quise encontrar en ti mi alma gemela
quise que fueras ese sueño increíble,
quise ir de tu mano a donde fueras
quise enseñarte a ti mi alma sensible.

Quise vivir en ti con vehemencia                
quise hacer ¡cuántas cosas para dos!
quise ver en tu escenario la excelencia
quise sentir mi apoyo en tu actuación.

Quise las cosas que no tienen precio
quise esperar el tiempo necesario,
quise saber cuánto duraba tu desprecio 
y me quedé esperando año tras año.
                               
Quise alejarme para aliviar mi pena  
quise que oyeras mi última canción,
quise que leyeras mi último poema
quise que en tu silencio fuera una oración.
                   
Lucila Lárez Fariñas
de Gutiérrez

3 comentarios:

  1. ¡Dios!
    ¿TU ÚLTIMA CANCIÓN? ¡QUE VA!

    Dios te bendiga hermana
    En el éter azur donde te fuiste,
    Y aquí donde persististe
    Tu natura en progenie jayana.
    De todas las cosas que quisiste,
    Nunca será real el alejarte,
    Ni hay tu último poema ni canción,
    Tus poemas son los hijos que engendraste
    Centuplicando las canciones que dejaste
    Haciéndolas renacer en cada corazón.

    BENDICIÓN 04/06/2012

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    Respuestas
    1. Soy como el árbol que después que el otoño con ràfagas de vientos huracanados lo dejó sin hojas y con una imagen de planta seca lista para ser derribada; ahora vuelve a tener hojas tan verdes como antes y con flores espirituales envidiables, con fragacias de fe y esperanzas.

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  2. ERES EL ÁRBOL

    ERES EL ÁRBOL.
    De raíz profunda, tu amor.
    De tronco duro, tu cuerpo.
    De ramas arrulladoras, tus brazos.
    De flores blancas, tu alma.
    De hojas verdes, tú esperanza.
    De savia vivificadora, tu sangre.
    De semilla primorosa, tu útero.
    De frutos prodigiosos, tus hijos.
    De retoños perdurables, tus nietos.
    ERES EL ÁRBOL.

    Para: Mi adorada hermana Lucila.
    Asunto: En ocasión de hacerse llamar árbol.
    05/07/10

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