podemos ver que la vida,
siendo un regalo de “Dios”
se pierde en tantas diatribas.
Una tierra que es hermosa
que es una fuente de amor,
donde existen tantas cosas
propiedad de un creador.
Él nos la dio porque quiso
con sus fuerzas naturales,
y nos brindó el paraíso
con sus leyes inviolables.
Si nosotros siendo humanos
haciendo honor a esa herencia,
actuando con más prudencia;
viviríamos en paz
del amor haciendo cantos,
aceptando que el respeto
es la base para amarnos.
Libres de todo prejuicio
sin burlarnos de los santos
“María Alionza” una heroína:
dejad que siga reinando
Los gobernantes de turno queriendo hacer una gracia, deciden cambiar de sitio a ese emblema nacional, y al bajarla de su danta se fracturó su escultura:
Eso causó gran revuelta
porque en lugar de gracia
le salió una morisqueta.
Fueron los opositores
a besar su pedestal,
y a decirle que ese daño
no lo debía perdonar.
Y a recordarle que estaban
en contienda electoral,
para que les dé la suerte
porque ellos quieren ganar,
y al pueblo que se le olvide
que ellos gobernaron mal.
Son los que antes gobernaron
y al poder quieren volver,
y los que están gobernando
tampoco quieren perder.
Aquí recuerdo a mi padre
con ese dicho de pocos,
“que desgracia la de un pueblo
cuando hasta el cura es loco”
porque se pierde la fe
y a él le importa muy poco.
Es por eso que anhelamos
se administre la justicia,
para no estar como estamos
que la cuestión sea distinta,
donde hombres y mujeres
que gobiernen a este pueblo,
trabajen por la igualdad
que todos la merecemos,
somos hijos de esta tierra
que sólo espera lo bueno.
Lucila Lárez Fariñas
de Gutiérrez.