viernes, 6 de abril de 2012

Un milagro

        
                

Cuando quise alejarme de tu lado
fue pensando siempre a tu favor,
liberarte tal vez de mi presencia
era verte salir de la prisión.

De esa forma te imaginé feliz
supe que era la única manera,
y así pudiera volver a sonreír
porque tu desamor era mi pena.

La vida siempre da las ocasiones
en algún momento es la oportunidad,
para darle alegría a los corazones
dejando de pensar en nuestra edad.
 
La integridad, un escudo para mí
satisface hacer honor a la verdad,
aquí también estoy pensando en ti
cambié mi espacio por tu felicidad.

En ese espacio donde vimos crecer
los frutos del amor siempre sincero,
tal como lo juré siempre fui fiel
respeto y honra para los que quiero.

Fue triste y pesarosa la agonía
reprimiendo la verdad de lo jurado,
queriendo adivinar si es culpa mía
que ese silencio me haya destrozado.

Buscaba para mí paz y armonía
creí que me asistía ese derecho,
pero me equivoqué sólo fue fantasía
porque el desamor quebró mi pecho.

Esa anhelada paz que yo soñé
me llegó acompañada de un reposo,
sin salud, sin planes, sólo esperaré  
un milagro de “Dios” tan poderoso.

Aferrada a la fe y la esperanza
y a la fuerza inmensa del amor,
con la primera alimento mi confianza
con las demás fortalezco mi ilusión.

Aunque la soledad y el silencio
me seguirán haciendo compañía,
yo seguiré platicando con ellos
de mis canciones y de mis poesías

Lucila Lárez Fariñas
de Gutiérrez

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