Cuando quise
alejarme de tu lado
fue pensando
siempre a tu favor,
liberarte tal vez
de mi presencia
era verte salir de
la prisión.
De esa forma te
imaginé feliz
supe que era la
única manera,
y así pudiera
volver a sonreír
porque tu desamor
era mi pena.
La vida siempre da
las ocasiones
en algún momento es
la oportunidad,
para darle alegría
a los corazones
dejando de pensar
en nuestra edad.
La integridad, un
escudo para mí
satisface hacer
honor a la verdad,
aquí también estoy
pensando en ti
cambié mi espacio
por tu felicidad.
En ese espacio
donde vimos crecer
los frutos del amor
siempre sincero,
tal como lo juré
siempre fui fiel
respeto y honra
para los que quiero.
Fue triste y
pesarosa la agonía
reprimiendo la
verdad de lo jurado,
queriendo adivinar
si es culpa mía
que ese silencio me
haya destrozado.
Buscaba para mí paz
y armonía
creí que me asistía
ese derecho,
pero me equivoqué
sólo fue fantasía
porque el desamor
quebró mi pecho.
Esa anhelada paz
que yo soñé
me llegó acompañada
de un reposo,
sin salud, sin
planes, sólo esperaré
un milagro de
“Dios” tan poderoso.
Aferrada a la fe y
la esperanza
y a la fuerza
inmensa del amor,
con la primera
alimento mi confianza
con las demás
fortalezco mi ilusión.
Aunque la soledad y
el silencio
me seguirán haciendo
compañía,
yo seguiré
platicando con ellos
de mis canciones y
de mis poesías
Lucila Lárez
Fariñas
de Gutiérrez
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