Se
presentó un vendaval
sacudiendo
los cimientos,
y
levantó el pedestal
de
los vivos y los muertos.
Viento
fuerte que estremece
árboles
y matorrales,
batiendo
las hojas secas
donde
están las mapanares.
Áspides
que se conducen
deslizándose
en el suelo,
y si
están bien enrolladas
tienen
activo el veneno.
Se
levantaron los vivos
se
enfrentaron con el viento,
con
cacerola hacen ruidos
como
un glorioso argumento.
Salieron muertos en vida
que se
mueven y caminan,
son
fantasmas que no asustan
porque
cualquiera los mira.
Se
conoce su existencia
se
sabe como han vivido,
su
estímulo la indigencia
con
títulos de excluidos.
Seres
que han dado su voto
a
todos los gobernantes,
que
les ha importado poco
dejarlos
en el olvido
Un
nuevo tren de elecciones
trajo
un nuevo pasajero,
el
cual se ha identificada
con
Venezuela y su pueblo.
Una
población con vida
parte
de una sociedad,
se ha
sentido persuadida
al
llamado de igualdad.
Que
no puede cantar gloria
porque
la guerra comienza,
para
que cambie la historia
hay
que cambiar de conciencia.
Lucila
Lárez Fariñas
de
Gutiérrez
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