viernes, 3 de diciembre de 2010

Frutos caídos en mi país 1960-2004

               
            
                                                      
El hombre que sin mentira
quiere el bien para el país,
para proteger su vida
debe marcharse de aquí.
  
Tiene que dejar su tierra
para lograr su intención,
no lo hace porque quiera
tan sólo por precaución.

Hemos visto tantos casos
de muchos hombres sinceros,
que al denunciar el fracaso
de los gobiernos del pueblo,
se hicieron frutos caído
bajo un disparo certero
y otros que se han perdido
tan pronto alzaron el vuelo.

Fueron hechos de traición
por mano de los cobardes,
que quieren a la nación
nada más para explotarle.
                                      
Nunca pronuncian los nombres
de aquellos hombres caídos,
y el silencio es por razones
que no pasan al olvido.

Los demagogos que dicen                              
que luchan por Venezuela
son los mismos que la ponen       
en las manos extranjeras.

Hace falta un despertar
de este pueblo tan sumiso,
para ver si nos libramos
que siempre siga lo mismo.

Luchar para hacer honor
con firmeza y con denuedo,
a aquellos que con amor
donaron sangre a este suelo.      

                                               
Como siempre hay que callarse
porque se ocultan las pruebas,
tan sólo hay que lamentarse
y dejar que “Dios” proceda.

Porque “Él” nos donó la tierra
y nunca la pierde de vista,
no es un ídolo de piedra
“Él” es un “Dios” de justicia.
   
Lucila Lárez Fariñas
                                               
Puerto La Cruz, año 2004.

1 comentario:

  1. Quienes amamos a nuestro país nos duele todas las injusticias, la apatía y la ausencia de solidaridad y compasión, porque es más importante tener las arcas llenas y no precisamente de bondad y amor. Lucila, el hambre de Justicia no se saciará si los hombres buenos no hacen nada, sólo contemplan y se quejan. ¡Qué bueno que desde las Mansiones del Alma, nos recuerda cuál es nuestro deber!
    Yai.

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