viernes, 2 de marzo de 2012

Visión sabanera


La sabana y sus encantos
hacen que el alma se eleve
y nos llama a galopar
en un caballo que vuele.

En noches de clara luna
llega una brisa bien fría,
un canto de aves nocturnas
se escucha en la lejanía.

Al primer canto de gallo
me paré por la mañana,
en el lomo de un caballo
galopé por la sabana.

con el olor del mastranto
que lo ha mojado el rocío,
me fui trotando y trotando
hasta la orilla del río.

Allá me bañe en sus aguas
jugando con sus arenas,
disfrutando de la calma
donde se olvidan las penas.

Un concierto de cigarras
se escucha en el chaparral,
cuando el sol del medio día
brilla sobre el carrizal.

En la inmensidad del llano
el cielo toca los monte,
y se pierde la mirada
hacia extraños horizonte.

Cuando cruzaba el camino
estaba una garza morena,
por las orillas del río
caminando por la arena.

Cuando se ocultaba el sol
iba de vuelta al caney
recogiendo guayabilla
y recogiendo merey.

Tomé el agua cristalina
que sacamos del jagüey
con el sabor a resina
que le daba el curruqüey.

Se conserva en tinajón
el agua con la resina,
y es un purificador
de la salud campesina.

Lucila Lárez Fariñas
de Gutiérrez

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