Eres el regalo que me trajo el Niño
el día que se celebra su llegada,
conjugando el amor y la alegría
que hoy rebozan tu alma sosegada.
Como el halo que rodea al astro rey
a mi cielo de estrellas y luceros,
te llevó el Niño que nació en Belén
y te posó en mi pecho, tu primer suelo.
Mi corazón de madre celando sus espacios
guardaba el tuyo con amor maternal,
anhelantes: mi pecho, mis ojos, mi regazo
con un canto de amor para arrullarte.
Eres el quinto tesoro heredado del mundo
que unidos fortalecen mi esperanza,
de verlos siempre como buenos amigos
que es otro privilegio digno de alabanzas.
El camino de la vida es un enigma
avanzar por sus sendas es un juego de azar,
la mujer diseñada con espíritu altruista
su hallazgo deseado es la maternidad.
Por eso la distancia y sus fronteras
largas o cortas no logran apagar,
el fuego del amor al hijo que se aleja
porque antes de tenerlo aprendió a esperar.
Y ese poder del amor que está conmigo
alienta a mi corazón que siempre espera,
porque sabe que está bien correspondido
por la justicia Divina, viva y verdadera.
Te amo y te amaré hasta el más allá
con mi mente y corazón yo te amaré,
es que mi amor no se puede equivocar
para siempre el amor de todos, yo seré.
Tu mamá
Lucila Lárez Fariñas
de Gutiérrez
Tu canto de amor siempre me arrullara madre... Te amo y simpre te amaré!
ResponderEliminarbello, que palabras mas sabias, precisas, hermoso... el fuego del amor al hijo que se aleja
ResponderEliminarporque antes de tenerlo aprendió a esperar...es tan cierto,...soy madre y comparto su pensar.
y que orgullo que dichoso que te haya dedicado estas letras a ti, jean!...muchas veces pensamos como madres millones de cosas hermosas de nuestros hijos pero nunca se las decimos, eres afortunado, que Dios te siga bendiciendo.