sábado, 8 de octubre de 2011

Autobiografía (atendiendo a una solicitud)


  
Parte I

Olimpia Lucila Lárez Fariñas, nací el 06 de diciembre de 1937, en una noche iluminada por la luz de una hermosa luna plateada (según relato de mi madre) que se desparramaba sobre la silueta del pintoresco caserío “El Clavellino”, mi  pueblo natal y cuya jurisdicción político-territorial pertenece al Municipio Santa Cruz, del Distrito Rivero, Estado Sucre de los Estados Unidos de Venezuela. Tal era la denominación de nuestro país para esa época y la inscripción de la moneda que circuló hasta la década de los cuarenta, como tuve la oportunidad de conocer.

Esta biografía debe ser tan transparenta como yo, en tal sentido, será integrada por muchos detalles, que por simples y sencillos que parezcan, tienen la importancia de la vida misma, porque así es la vida: un cúmulo de pequeñas cosas, de detalles y momentos que van dejando huellas que serán importantes, según el calzado y de quien sea el pie con que se marquen sobre el terreno de ese camino sin retorno. Es por eso que daré respuesta a interrogantes como ésta: ¿Olimpia? mi primer nombre de pila nadie lo conoce; fue algo así como que se borró antes de escribirlo. Mi padre quiso que yo llevara el nombre de su madre, pero a mi madre no le gustaba; en cambio que “Lucila” se llamaba su madrina, quien la vio nacer, la quiso mucho, la consentía y complementando la educación de su hogar le enseñó el arte de la costura y muchas otras manualidades. He allí la razón de que mi primer nombre no aparezca en ningún documento de identidad y tal vez, haya influido en el espíritu de soledad que me ha acompañado; porque siempre que me han preguntado por mi otro nombre he respondido yo soy “Lucila Sola.” Sin embargo, cuando empecé a valorar el amor hacia los padres, supe lo mucho que él quiso a su mamá y muy dentro de mí había una pena y para mitigarla, me inventé una firma con la “O” al comienzo. Cosa que él no conoció...

Lucila Lárez Fariñas
de Gutiérrez
04/12/2008

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