viernes, 2 de septiembre de 2011

Con la piel ya marchita

                           

El ser humano con su fuerza creadora
entra a su mundo con sus primeros pasos,
como el viento se han ido  su infancia, su niñez, 
llega la adolescencia con triunfante sin fracasos. 

Con su coraza nueva, brillante y vigorosa
quiere lanzarse al mundo que desafiante está,
cargado de atractivos entre seres y cosas
su primera batalla es por su libertad. 

Es una concepción de cada ser humano
su condición de origen, un ser individual,
con una sujeción sobre lo ya creado
de lo que nunca más se quiere separar. 

Siendo reos del tiempo y vamos celebrando
que nos lleva arrastrando sin mirar las cadena,
que nos mantiene presos bajo su voluntad
y nunca preguntamos donde nos va a dejar.         

Con aquel aire fresco de nuestra juventud
imposible olvidarse con la tercera edad,
las aguas cristalinas deslizar por la  piel
sutil de la niñez cuenca del manantial.

Después la turbulencia del río que cruzamos
al final ya tranquilo, lento como los pasos,
que damos cada día, torpes como empezamos  
con mirada perdida llegando a nuestro ocaso. 

Viviendo ese presente que casi no se vive
pensando en un futuro que casi no esperamos,
saboreando recuerdos mientras que el alma sigue
con su atardecer gris y un sol agonizando. 

Lucila Lárez Fariñas
Puerto La Cruz,  mayo de 2008.-

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