viernes, 1 de julio de 2011

Cien años son muy pocos...

                            

Con la piel ya marchita desandando el pasado,
visualizo el camino que me trajo hasta aquí,
y miro aquel presente que me estaba llevando,
señalando el futuro que iba frente a mí.

Veo a la niña traviesa y feliz que corría,
con su afán de cazar mariposas entre flores,
y en la arena mojada cada vez que llovía,
ignorando el valor del triunfo y los errores. 

El tiempo poco a poco aleja la niñez,
y le va dando paso a esa adolescencia,
la edad de fantasía de fuerza y candidez, 
que se llena de sueños cargados de inocencia.

Hoy sé como avancé por mi largo camino,
aún sin la alegría que tuve en primavera,
abrazada a mis sueños luché con el destino,
y seguiré soñando hasta el día que muera. 

La eterna juventud se lleva en la esperanza,
que nunca la perdemos cuando se tiene fe,  
con la piel ya marchita el espíritu canta,
las dulce melodías que cantó en la niñez.
 
Nunca alcanzamos todo porque todo es la nada,
entre tantos recuerdos recuerdas sueño rotos,
siempre quieres vivir y te asusta la muerte,
aunque vivas cien años cien años son muy pocos.
 
Lucila Lárez Fariñas
de Gutiérrez
Puerto La Cruz, 30-05-08         

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