
Lanzo al viento mis suspiros
envueltos en la melodía,
que compuse para ti
llena de melancolía,
bajo el manto azul del cielo
en la sabana perdida,
mirando jugar el viento
con las ramas florecidas.
Se me encoge el corazón
se me hace un nudo en el pecho,
porque tú eres la razón
que inspira mi sentimiento.
Vivo soñando contigo
porque mi amor nunca ha muerto,
a donde voy vas conmigo
tu espíritu está en mi cuerpo.
En el campo y la ciudad,
frente a cualquier situación,
surges de la inmensidad
a darme una explicación,
para que siga adelante
con malicia y con valor,
sabiendo que en este mundo
el más amigo es traidor;
consejos que son valiosos
los guardo como un tesoro,
cuando hay malas compañías
es preferible andar solo.
Al “Dios” de sabiduría
yo le quiero agradecer
que supo hacer de la nada
a un hombre y a una mujer
dándole el don de la vida
para yo poder nacer.
Lucila Láres fariñas
Puerto La Cruz , año 1985
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